Disfruta de esta magnífica historia inventada por nuestro compañero Pedro. Para escribirla utilizó las palabras canarias que estudió en el texto "¿Y tú, hablas guanche?"
¡A mí me encanta! ¿Y a ti?
Vida de una
pastora
Había
una vez una joven llamada Haridian. Ella era alta y delgada, de cabello rubio y
lacio, sus ojos verdes brillaban como esmeraldas. Vivía en La Gomera. Sus
padres le habían puesto ese nombre porque significaba pastora y para que
siguiera con la tradición familiar de ser pastores/as.
Y
así fue, Haridian se hizo pastora y para sorpresa de sus padres Haridian
trataba al ganado como si de su familia se tratase.
Después
de desayunar su leche con gofio, se fue a ver a la cabra que tenía
preñada y… ¡descubrió un pequeño y precioso baifo!
Para
protegerlos decidió meter a él y a su madre en el goro para que no se
los comieran los depredadores de la zona.
Cuando
terminó guardó el beletén en el gánigo y se fue a contemplar las tabaibas,
tajinastes y verodes que rodeaban su casa, junto con sus padres.
Mientras presenciaban en lo alto de una montaña a un guirre intentando
cazar una presa.
A
la mañana siguiente, salió a dar una vuelta y se asustó al observar que algo se
movía. El susto se convirtió en alivio y risa al comprobar que era un perenquén
tomando el sol en un muro de piedra.
A
Haridian le encanta ir al pueblo los domingos para reunirse con sus vecinos y
bailar el tajaraste “El baile del tambor”.
Haridian
estaba muy contenta con su vida, tanto que tenía el convencimiento de que si en
algún momento tuviera que dejarla por algún motivo, buscaría la manera de
volver a ella.
Autor: Pedro Santana Vega
¡¡Maravilloso cuento, Pedro!! Me ha encantado, con una mención especial para su final. Sigue inventando. Se te da muuy bien.
ResponderEliminarTere